El gobierno mexicano duplicó su apuesta a favor del mercado norteamericano.
México decidió cerrar parcialmente la puerta a China y volcarse en favor de su principal socio comercial: Estados Unidos
México decidió seguir los pasos y replicar el discurso del presidente Donald Trump en materia arancelaria.
Aquellos países que no tienen acuerdo comercial con México y quieren enviar sus exportaciones, tendrán que invertir en el país o tendrán que pagar aranceles.
En vísperas del inicio de la revisión del T-MEC, optó por ofrendar sus votos en favor del proteccionismo comercial.
Del neoliberalismo que los gobiernos mexicanos mantuvieron durante casi 30 años, México cambia su dirección hacia el localismo y la producción local.
El gobierno de México está dando un golpe de timón, para seguir el camino proteccionista que está tomando el gobierno de Estados Unidos.
El gobierno de la presidenta Claudia Sheinbaum, se está alineando claramente con el gobierno de Estados Unidos, encabezado por Donald Trump quien decidió cambiar el paradigma.
Trump decidió sacudir al mundo con una política comercial agresiva que incluye aranceles a todos los países con los comercia, incluidos sus dos socios comerciales México y Canadá.
Prácticamente todos los países han cedido frente a la nueva política comercial estadounidense.
El gobierno mexicano ha optado por la prudencia y la negociación.
Ha buscado reducir el nivel de aranceles que ha anunciado EU en contra de las exportaciones mexicanas.
Ha buscado mantener las negociaciones y el diálogo.
Hasta ahora el gobierno mexicano ha logrado mantener un nivel diferenciado en los aranceles que aplica Estados Unidos a otros países.
El gobierno mexicano ha sido pragmático y mantiene una posición negociadora.
En ese contexto y frente a las presiones de EU, el gobierno mexicano decidió comenzar a cerrar la puerta a las importaciones asiáticas.
Aunque asegura que no es por quedar bien con Estados Unidos, sino por proteger a las cadenas productivas nacionales y el empleo.
Además de buscar aumentar la recaudación por el cobro en el aumento en las cuotas arancelarias.
A finales de la semana pasada, los senadores aprobaron reformas a la Ley Arancelaria para aumentar tarifas a China y otros países.
Se trata de un impuesto de importación a cerca de 1 mil 463 productos provenientes de China y otros países sin Tratado de Libre Comercio con México.
Además de China, entre los países afectados destacan Corea del Sur, India, Indonesia, Rusia, Tailandia, Turquía, Taiwán y Brasil.
La propuesta inicial contemplaba tasas de hasta 50%, pero la mayoría fueron disminuidas a alrededor de 20% o 35%, y sólo en contados casos se mantuvo la cifra inicial.
El secretario de Economía, Marcelo Ebrard, dijo que importar un auto de China, de la India o de otros países, no le deja absolutamente nada al país, porque no se produce ni una sola parte de ese auto en México.
De hecho la importación de autos, lo que genera es pérdida de empleos en México.
Por eso se decidió ajustar del 20% al 50% el arancel a la importación de vehículos asiáticos.
En torno al aumento de los aranceles a los autos importados de Asia, la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz (AMIA) que encabeza Rogelio Garza, de inmediato externó su beneplácito.
Por su parte, la Asociación Mexicana de Distribuidores de Autos (AMDA), presidida por Guillermo Rosales, señala que hay 700 puntos de distribución de 26 marcas chinas que comercializan autos chinos en México.
En consecuencia hay una derrama importante que impacta positivamente al empleo y a la competencia en el mercado automotriz.
Por otra parte destaca que México importa el 66% del parque vehicular que se comercializa en México.
Y el 90% de la producción de autos en México, es para su exportación.
En consecuencia, la AMDA se pronuncia a favor de mayores incentivos para la producción para el mercado local.
En general los sectores industriales nacionales apoyan al gobierno mexicano.
Aunque también hay preocupación por el potencial aumento en el costo de las importaciones de insumos intermedios.
Así están las posiciones del gobierno y del sector privado.
Lo cierto es que México tiene mucho camino por avanzar para fortalecer sus cadenas productivas, incentivar la producción local y enfrentar el cambio que implica la aplicación de aranceles a las importaciones de Asia.
México sí necesita proteger a su planta industrial, pero no sólo a través de la política arancelaria. Se requieren muchos incentivos para la producción local. Al tiempo.
