Igual que su hermano mellizo Felipe, Marta Fort (21) es famosa desde chiquita y, aunque con el paso de los años se acostumbró a esa popularidad heredada e involuntaria, no se siente del todo cómoda con la altísima exposición: en determinadas situaciones prefiere el perfil bajo. Tras haber vivido momentos muy difíciles durante su infancia y adolescencia (como la muerte de su padre, Ricardo Fort, cuando tenía 9 años, y el suicidio de su padrino, Gustavo Martínez, once años después), supo hacer del dolor una experiencia transformadora y se convirtió en una mujer madura e independiente, que está forjando su futuro según su deseo: modelo e influencer, se fue a vivir sola mientras planea un camino como actriz y cantante, sin descuidar sus obligaciones en la compañía familiar de chocolate. Reservada, no le gusta ostentar su condición de millonaria –al cumplir la mayoría de edad, los mellizos recibieron el 33 por ciento de las acciones de Felfort que pertenecían a Ricardo–, y, aunque alguna vez soñó con ser veterinaria, hoy prefiere la moda, la música y la actuación. Decidida a ser la gran protagonista de su vida, Marta –que el 25 de febrero cumplirá 22 años– está atravesando una etapa de cambios que la hacen ver auténtica y plena, con ganas de aprender y crecer. De todo eso habló con ¡HOLA! Argentina después de posar en una producción impresionante que tuvo lugar en el desarrollo residencial Concepción, un oasis natural en pleno Palermo Hollywood.
–¿Te costó tomar la decisión de irte a vivir sola?
–No, es algo que siempre quise hacer: hace años que vengo buscando dónde mudarme y pensando cómo organizarme sola. Y la verdad es que en el último tiempo estaba viviendo semisola, porque nos quedó un departamento gigante para mi hermano y para mí, así que no sentí un gran cambio. Por ahí la diferencia es que antes veía todos los días a Marisa, mi madrina [Marisa López, figura clave en su vida], y ahora no, pero cuando quiero verla la invito a comer a casa. Estoy muy bien, me encanta manejarme con mis tiempos y tomar mis propias decisiones. Por suerte no me pasó eso de mudarme sola y no saber qué hacer con mi tiempo.
–¿Cambió tu relación con Felipe ahora que no viven en el mismo departamento?
–Un poco cambió, pero no tanto, porque en el departamento en el que vivíamos antes muchas veces cada uno estaba en la suya y por ahí no nos veíamos en todo el día. Es cierto que ahora no está el cansancio de la cotidianeidad y nos vemos cuando tenemos ganas. Antes nunca nos escribíamos por WhatsApp, por ejemplo, y ahora a Felipe le pintó el amor y me responde historias, me pregunta qué estoy haciendo. [Risas]. Por ahí nos vamos a tomar un café, algo que antes no hacíamos, o hacemos algún plan de hermanos.
–¿Seguís queriendo ser cantante y actriz?
–Sí. Tengo un amigo al que también le apasiona la actuación y nos comprometimos a empezar a estudiar juntos el año que viene. Por otro lado, el canto me sigue gustando. No sé si es algo en lo que me metería ahora, porque me gustaría ir encontrando mi propio grupo, con quien me sienta cómoda, gente con la que conecte.
–¿Te imaginás componiendo tus propias canciones?
–Yo sé que si quiero dedicarme a eso tendría que obviar muchas cosas que me gustan, porque acá no se escuchan tanto. A mí me gusta más lo melódico, el pop, pero para que una canción pegue en Argentina tiene que ser más arriba, más bailable.
–¿Qué artistas te inspiran?
–Lady Gaga… También soy muy fan de Michael Jackson desde chica y me gustaría ir por una onda así, más pop o rock, pero lo iré viendo durante el camino. Quizás termino cantando reggaeton o cuarteto, uno nunca sabe. Yo no cierro ninguna puerta.
–Llevás un tiempo trabajando como modelo. ¿Querés hacer una carrera o es más un hobby?
–A mí me gustan las producciones y la moda. Disfruto que me maquillen, me peinen, me vistan. Eso me encanta, mucho más que la pasarela. Además, eso se lleva bien con la actuación y el canto, se complementan, y a mí me interesa todo lo que me ayude a abrirme: no voy a cerrar ninguna posibilidad ligada a lo que me gusta. Si mañana me llaman para un casting, voy y lo puedo hacer; si me llaman para unas fotos, voy y las puedo hacer.
–¿Te resultó difícil cuando arrancaste? ¿Tuviste vergüenza?
–Al principio pensé: “No sé si me puedo presentar como modelo” porque, por más que tengo buena autoestima, sé que tengo escoliosis, sé que tengo pie plano, el derecho, por la hemiparesia que tuve, sé que hay ciertas motricidades mías que no encajan con el arquetipo de una modelo. Pero, al mismo tiempo, también sé que la gente que me contrata sabe qué tengo, sabe cómo soy, y me eligen igual. Yo empecé pensando que si no era Kate Moss no podía hacer nada, pero después me relajé porque entendí que la persona que me llama para hacer fotos o lo que sea es porque me elige a mí como soy.
–¿Estás trabajando en la fábrica?
–Sí, voy bastante. Sigo en etapa de recorrer varios espacios para ir aprendiendo. Estoy en ventas, en compras, voy a producción, a administración, quiero seguir aprendiendo y ver si encuentro un lugar en el que me sienta cómoda y dedicarme plenamente a eso. La idea es saber un poco de todos los procesos.
–¿Te pesan las responsabilidades?
–Estoy bastante acostumbrada, porque no es algo que empezó de repente. Desde que murió mi papá se nos comunicó a mi hermano y a mí todo lo que tiene que ver con la fábrica, y desde que éramos menores que nos hacemos cargo de nuestra parte. De a ratos me siento un poco colapsada, porque lo normal a mi edad es tener un padre o una madre que te puedan guiar o aconsejar. En cambio, Felipe y yo, por más consejos que podamos recibir de afuera, somos nosotros dos para todo, y tuvimos que aprender a manejarnos solos.
–¿Cómo te manejás con el dinero?
–No voy a decir que soy ahorrativa, pero sí soy consciente. Si quiero hacer un viaje o comprarme algo que me gusta, lo hago, pero soy consciente de en qué lo estoy gastando. Disfruto la plata, pero no despilfarro. Sólo derrocho en mi cumpleaños.
–¿A quién le pedís consejos sobre temas personales?
–No tengo alguien a quien pedirle consejos sobre cosas muy personales. Quizás entre amigos se da la charla y alguno me dice qué opina, pero me manejo bastante sola.
–Sos cuidadosa de tu privacidad, ¿es una estrategia?
–Han publicado titulares de supuestas parejas mías que no lo eran, sólo porque me vieron hablando o apareció una foto. Estoy soltera y muy tranquila. El día que esté en pareja, voy a presentarla. Después, los rumores y los inventos no son tema mío.
–¿Te gustaría enamorarte?
–Yo soy muy independiente. Si se da de estar en pareja, genial, pero no es algo que me preocupe. Tengo la cabeza en muchas otras cosas como para estar pensando “me quiero poner en pareja”. Si llega, bienvenido sea, pero nunca lo busqué.
–¿Sos de confiar en la gente o tenés miedo de que se te acerquen por interés?
–Yo tengo una frase que repito mucho: “Ante todo, pienso mal de la persona que tengo enfrente”. Después, si esa persona me demuestra lo contrario, genial, ahí confío. Prefiero eso antes que darle toda mi confianza de entrada a alguien y que me defraude.
–¿Y eso es un impedimento para hacer amigos?
–Que yo sea desconfiada no significa que sea solitaria. Tengo un montón de amigos, algunos más cercanos que otros, y sé para qué puedo contar con cada uno. Y realmente los quiero un montón. A los más cercanos les entrego plenamente mi confianza.
–Te tocó vivir muchas situaciones difíciles. ¿Con qué herramientas te enfrentás al dolor?
–Cuando me mudé sola y empecé a trabajar en la fábrica, arranqué terapia, y creo que vengo bien con eso. Estoy bastante estable y algo positivo de todo lo que me pasó a mí en la vida es que aprendí a diferenciar lo que es realmente importante de lo que no. No soy de enojarme fácil y no me engancho con las críticas, sino que trato de poner mi energía en lo que me interesa.
–¿Te molesta si te critican por redes?
–Nunca contesto ningún mensaje de esos, pero no me afectan. Igual, en general, me llegan muchos más mensajes lindos, creo que soy bastante querida. Al principio, cuando arranqué en las redes, me criticaban por todo. Si estaba gorda, me criticaban; después me criticaban porque estaba flaca, hasta que entendí que siempre van a criticar algo y dejó de importarme, ni me llega. Le saco peso a todo eso, no me importa.
–¿En qué momentos extrañás más a tu papá?
–En esto de no tenerlo para que me dé consejos o una mirada distinta a la mía que me ayude a tomar decisiones, tener su opinión sobre mis cosas. Es difícil hacerte adulto a muy corta edad y tener que enfrentarte al mundo completamente solo.
Producción: Florencia Baragiani Maquillaje: Nahuel Puentes para Sebastián Correa Estudio Peinado: Saúl Matías Armoa para ADN Concept Agradecimientos: Concepción Live (@concepcion. live), Boho (boho_ar), Bebrand (@bebrand.ab), Anuska (@anuskawebaccesorios), Orbital (@orbital. eyewear) y @nataliaroman



